Por Humberto Campodónico
En junio pasado, en la inauguración de la Planta de Licuefacción de Pampa Melchorita de Peru LNG, Alan García dijo: “Sin el proyecto exportador de las empresas operadoras de los lotes de Camisea no hubieran apostado por financiar la planta de producción de Las Malvinas ni por la construcción del gasoducto a Lima. Resultaría irresponsable decir ahora ‘ya no quiero que se exporte’. Estoy lejos de la demagogia y la excitación de los bajos instintos” (La República, 11/6/2010).
Esa afirmación no es cierta. La planta de producción de Malvinas y la construcción del gasoducto a Lima forman parte del contrato del Lote 88, que se firmó en diciembre del 2000. Toda la producción de ese Lote estaba destinada, exclusivamente, al abastecimiento del mercado interno.
Las inversiones comenzaron en el 2001 y en agosto del 2004 ya estaba construida la planta separadora de líquidos en Malvinas (Camisea), al mismo tiempo que llegaba el gas a Lima, habiendo concluido la construcción del gasoducto. En ese lapso, el Consorcio Camisea realizó inversiones en el Lote 88 por US$ 753 millones, mientras que el gasoducto costó US$ 956 millones y fue construido por Transportadora de Gas del Perú (TGP).
Recién el 7 de setiembre del 2004 (con el gas ya en Lima) se firma el contrato entre el Consorcio Camisea y Perupetro para la explotación del Lote 56, aprobado por el DS-033-2004-EM, que estaba destinado a la exportación. Queda claro, entonces, que las inversiones en el Lote 88 (que incluyen la Planta de Líquidos) y las inversiones de TGP para el gasoducto a Lima fueron anteriores al contrato del Lote 56.
En realidad, las inversiones para abastecer de gas el mercado interno son las que han financiado –en importante medida– el proyecto de exportación de Peru LNG. Veamos por qué.
• Los socios mayoritarios de Peru LNG (Hunt Oil, 50%; Repsol, 20% y SK, 20%) son también los socios mayoritarios (con el 52.8%) del Consorcio Camisea que explota los Lotes 88 y 56.
• El consorcio Camisea ha obtenido Utilidades Netas del Lote 88 y del Lote 56 por un total de US$ 1,639 millones en el periodo 2005-2009. Por tanto, los socios mayoritarios del Consorcio Camisea han obtenido Utilidades ascendientes a US$ 865 millones (1639 x 52.8%).
• Las inversiones del proyecto de exportación de Peru LNG ascienden a US$ 3,880 millones, según el informe de la agencia calificadora de riesgo Apoyo & Asociados, de los cuales US$ 2,250 millones (el 58%) corresponden a deuda y US$ 1,630 millones (el 42%) son aportes de capital de los accionistas. Dice Apoyo que esta estructura deuda/capital (58/42) se encuentra por debajo del máximo comprometido (60/40) y del estándar internacional (75/25).
• Los US$ 865 millones obtenidos por Hunt Oil, Repsol y SK (en los Lotes 88 y 56) han financiado más de la mitad de sus aportes de capital a Peru LNG de US$ 1,630 millones.
Las declaraciones de Alan García tienen un objetivo concreto: convencer a la población de que el proyecto de exportación de Peru LNG en Pampa Melchorita fue indispensable para que el gas natural pudiera llegar a Lima. Como se aprecia, la cosa es más bien al revés: el mercado interno financió la exportación de gas. Esa es la verdad.
Nota: Este artículo forma parte del Suplemento # 12 de Otra Mirada, titulado “Gas peruano, el país está primero”, publicado el sábado 28/8/10 en La República. Verlo en www.otramirada.pe
En junio pasado, en la inauguración de la Planta de Licuefacción de Pampa Melchorita de Peru LNG, Alan García dijo: “Sin el proyecto exportador de las empresas operadoras de los lotes de Camisea no hubieran apostado por financiar la planta de producción de Las Malvinas ni por la construcción del gasoducto a Lima. Resultaría irresponsable decir ahora ‘ya no quiero que se exporte’. Estoy lejos de la demagogia y la excitación de los bajos instintos” (La República, 11/6/2010).
Esa afirmación no es cierta. La planta de producción de Malvinas y la construcción del gasoducto a Lima forman parte del contrato del Lote 88, que se firmó en diciembre del 2000. Toda la producción de ese Lote estaba destinada, exclusivamente, al abastecimiento del mercado interno.
Las inversiones comenzaron en el 2001 y en agosto del 2004 ya estaba construida la planta separadora de líquidos en Malvinas (Camisea), al mismo tiempo que llegaba el gas a Lima, habiendo concluido la construcción del gasoducto. En ese lapso, el Consorcio Camisea realizó inversiones en el Lote 88 por US$ 753 millones, mientras que el gasoducto costó US$ 956 millones y fue construido por Transportadora de Gas del Perú (TGP).
Recién el 7 de setiembre del 2004 (con el gas ya en Lima) se firma el contrato entre el Consorcio Camisea y Perupetro para la explotación del Lote 56, aprobado por el DS-033-2004-EM, que estaba destinado a la exportación. Queda claro, entonces, que las inversiones en el Lote 88 (que incluyen la Planta de Líquidos) y las inversiones de TGP para el gasoducto a Lima fueron anteriores al contrato del Lote 56.
En realidad, las inversiones para abastecer de gas el mercado interno son las que han financiado –en importante medida– el proyecto de exportación de Peru LNG. Veamos por qué.
• Los socios mayoritarios de Peru LNG (Hunt Oil, 50%; Repsol, 20% y SK, 20%) son también los socios mayoritarios (con el 52.8%) del Consorcio Camisea que explota los Lotes 88 y 56.
• El consorcio Camisea ha obtenido Utilidades Netas del Lote 88 y del Lote 56 por un total de US$ 1,639 millones en el periodo 2005-2009. Por tanto, los socios mayoritarios del Consorcio Camisea han obtenido Utilidades ascendientes a US$ 865 millones (1639 x 52.8%).
• Las inversiones del proyecto de exportación de Peru LNG ascienden a US$ 3,880 millones, según el informe de la agencia calificadora de riesgo Apoyo & Asociados, de los cuales US$ 2,250 millones (el 58%) corresponden a deuda y US$ 1,630 millones (el 42%) son aportes de capital de los accionistas. Dice Apoyo que esta estructura deuda/capital (58/42) se encuentra por debajo del máximo comprometido (60/40) y del estándar internacional (75/25).
• Los US$ 865 millones obtenidos por Hunt Oil, Repsol y SK (en los Lotes 88 y 56) han financiado más de la mitad de sus aportes de capital a Peru LNG de US$ 1,630 millones.
Las declaraciones de Alan García tienen un objetivo concreto: convencer a la población de que el proyecto de exportación de Peru LNG en Pampa Melchorita fue indispensable para que el gas natural pudiera llegar a Lima. Como se aprecia, la cosa es más bien al revés: el mercado interno financió la exportación de gas. Esa es la verdad.
Nota: Este artículo forma parte del Suplemento # 12 de Otra Mirada, titulado “Gas peruano, el país está primero”, publicado el sábado 28/8/10 en La República. Verlo en www.otramirada.pe
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