sábado, 5 de febrero de 2011

EGIPTO: “La ola va a ser incontenible”




Crisis en Egipto. Si la revuelta popular consigue derrocar a Hosni Mubarak. Experto español en temas árabes asegura que si cae el régimen de Mubarak los movimientos islámicos crecerán en poder y popularidad.

Salamanca. EFE
El periodista español Javier Martín, ex director del Servicio de Árabe de la Agencia Efe en El Cairo y actual corresponsal en Teherán, afirmó que si las revueltas populares en Egipto consiguen derrocar del poder a Hosni Mubarak “la ola va a ser incontenible”.

Martín se mostró convencido de que en el caso de que las protestas consigan que el presidente egipcio abandone el poder “esto no va a parar aquí” y sus efectos “se trasladarán a otros países del entorno”. Para Martín existen “nuevos actores” en el mundo árabe que van a crecer en poder y popularidad, como son los movimientos islámicos.

Según Javier Martín, el desencadenante de la situación actual son las elevadas tasas de paro “inadmisibles” y el empobrecimiento de una población que está ya abierta al resto del mundo a través de internet y los canales de televisión por satélite.

Los cambios económicos y sociales producidos por la transición de muchos países árabes del socialismo al capitalismo, y las consecuencias que tales transformaciones han traído son, en su opinión, “el punto de inflexión” de las revueltas actuales.

Respecto a la posición de Estados Unidos, de la Unión Europea y de las grandes potencias occidentales sobre lo que está aconteciendo, Martín consideró que “existe bastante cautela, ya que hay muchos intereses en juego”. Perder la estabilidad actual de los países árabes puede tener “importantes consecuencias y hacer que los que gobiernen sean movimientos islámicos”, dijo al respecto.

Después de varios años en El Cairo al frente del Servicio de Árabe de Efe, Martín explicó que añoraba en este momento no poder cubrir informativamente las revueltas egipcias, aunque puntualizó que “en la retaguardia se ven las cosas con más tranquilidad”.
En este sentido, comentó que el periodismo de hoy día “adolece de más reflexión y menos actualidad, porque consumimos noticias sin saber por qué”.

Martín llamó la atención sobre el hecho de que hace dos semanas el punto informativo mundial se situara en Túnez y en este momento ya no se hable para nada de lo ocurrido allí, “porque ahora la actualidad está en Egipto, sin que nadie haya reflexionado”.

“No seré candidato”
Por su parte, el premio Nobel de la Paz y dirigente de la oposición egipcia Mohamed el Baradei afirmó que no se presentará a unas futuras elecciones presidenciales en Egipto y se definió como un simple “agente del cambio”.

Así lo declaró al diario austríaco Der Standard, y en la que pide al presidente Hosni Mubarak que se vaya “con dignidad”. “No voy a presentarme. Lo mejor que puedo hacer es ser un agente del cambio. De esta forma me mantengo por encima de los partidos, lo que me da flexibilidad para poder expresarme mejor”, aseguró.

El Baradei, que regresó recientemente a El Cairo para unirse a las protestas, afirmó que si el octogenario presidente Hosni Mubarak se quisiera ir se le permitiría una salida honrosa.

El dato
Agresión a la prensa. Reporteros Sin Fronteras (RSF) cifró en al menos 60 los periodistas que han sido agredidos en El Cairo desde el inicio de las protestas, y en unos 57 el de los reporteros que han sido detenidos. Se registran también incidentes de fotógrafos golpeados por manifestantes partidarios de Mubarak, por policías de paisano o por agentes uniformados, así como al menos 11 casos de medios como ABC News o Al Yazira, que han visto su material confiscado o sus oficinas atacadas.

El miedo se acabó en El Cairo
1] Decenas de miles de egipcios dejaron ayer sus miedos en casa y acudieron a las calles de las principales ciudades del país para exigir, un día más, la salida del presidente Hosni Mubarak, en desafío a la violencia desatada por partidarios del régimen desde el miércoles.

2] El viernes, día de la oración, llevó el recogimiento a la plaza cairota de Tahrir, donde hombres y mujeres, musulmanes y cristianos, estallaron en llanto cuando al imán que dirigía el rezo del mediodía se le quebró la voz por la emoción. Los manifestantes pro democracia habían bautizado este día como el “viernes de la partida” y habían marcado la fecha en rojo, porque, decían, el 4 de febrero llegaría el triunfo final, la salida definitiva del presidente Hosni Mubarak.