Fuertes explosiones en las calles de Trípoli seguidas de fuego antiaéreo. - Destruido un edificio en el complejo residencial de Gadafi, junto a su jaima. -EE UU asegura que no pretende descabalgar al dictador.- La ofensiva de la coalición asegura la zona aérea restringida y detiene también el ataque del régimen sobre Bengasi.- Gadafi abre los arsenales a sus leales y plantea un "guerra larga"
Las fuerzas de la coalición han reanudado hacia las ocho de la tarde (hora local; nueve de la noche en la España peninsular) los bombardeos sobre objetivos militares en Libia. Los aliados están atacando ahora el centro de la capital, Trípoli. Esta vez la lluvia de misiles se ve más nítida que ayer. A un ruido sordo le sigue inmediatamente un resplandor, acompañado de disparos y unas luces rojas que surcan el cielo: se trata de las defensas antiaéreas. Poco después de la medianoche, los británicos han reconocido oficialmente que están atacando las defensas antiaéreas de Gadafi. Sus barcos disparan desde el Mediterráneo.
A principios de la noche una columna de humo comenzó a salir del complejo palaciego en el que reside Gadafi, conocido como Bab al Aziziyah, a las afueras de la capital. El régimen de Gadafi cogió a un puñado de periodistas y se lo llevó a ver los destrozos. Un edificio administrativo de cuatro plantas, a 50 metros de la jaima en la que éste recibe a sus invitados, había quedado completamente destruido, aparentemente por un misil crucero. La información no solo tiene un fuerte valor simbólico (el complejo de Bab al Aziziyah es uno de los símbolos del régimen desde que Reagan lo bombardeó en 1986), sino que conjuga mal con lo que había asegurado poco antes un responsable del Pentágono, el vicealmirante William Gortney, que ha insistido en que su objetivo no es alcanzar militarmente al dictador. "No estamos persiguiendo a Gadafi", aseguró Gortney, quien explicó que las fuerzas del líder libio están cada vez más aisladas y confusas. En unas conversaciones con la prensa a bordo del avión que le lleva a Rusia para una gira de tres días, Robert Gates, el secretario del Departamento de Defensa de EE UU, abundó en esta idea. "Sería insensato" matar a Gadafi, explicó, como sería insensato hacer cualquier cosa que no estuviera en los planes iniciales de asegurar una zona de exclusión aérea. "Si comenzamos a añadir objetivos adicionales creo que crearemos un problema", afirmó.
El comienzo del segundo día de ataques aliados en Libia fue confuso por culpa de una serie de altos al fuego y acusaciones cruzadas de violarlo o mentir sobre la sinceridad de la tregua. Concretamente, unos minutos después de que comenzaran los últimos ataques, un portavoz de las fuerzas armadas de Libia había anunciado que había ordenado a todas sus unidades un alto el fuego inmediato. Esta medida se tomaría, según ha explicado, como respuesta a "las muertes de civiles" y "la destrucción de edificios civiles y militares". Sin embargo, a las nueve de la noche la cadena de televisión Al Yazira ya estaba registrando que la defensa antiaérea de las fuerzas de Muamar al Gadafi habían empezado a disparar desde Trípoli. Estados Unidos se declaró no demasiado conmovido por el anuncio del coronel y lo calificó de "mentira" al tiempo que volvía a lanzar sus aviones sobre objetivos militares libios. El asesor de Seguridad Nacional de Obama, Tom Donilon, definió las palabras de Gadafi como una sarta de falsedades porque el alto al fuego fue "inmediatamente violado".
Los rebeldes libios han dado este domingo su primer balance de víctimas. En sus fuerzas -compuestas por algunos militares desertados de las fuerzas de Gadafi pero, mayoritariamente, por voluntarios con escasa formación militar- se cuentan unas 8.000 bajas desde que comenzaron los choques el mes pasado. Ése es, al menos, el cálculo que ofreció a Al Yazira el portavoz del rebelde Consejo Nacional Libio, Abdel Hafiz Ghoga.
Reuters informa de que al rededor de las diez de la noche (una hora más en España) comenzaron tiroteos en Bengasi. Esta noche los rebeldes libios han trasladado sus fuerzas cerca de Ajdabiya después de que los bombardeos aliados de ayer golpearan seriamente a las fuerzas del dirigente libio. Las fuerzas rebeldes han indicado que esperaban más ataques hoy con la esperanza de que estos debiliten aún más a las fuerzas de Gadafi antes de entrar en la localidad de la que fueron expulsados hace unos días tras intensos combates. "Tenemos información de que los tanques de Gadafi están por delante y también tenemos información de que (las fuerzas occidentales) les bombardearán, así que estamos esperando a los ataques aéreos antes de avanzar", ha explicado el rebelde Abdulá Zintani, de 24 años.
Zintani está apostado junto unos compañeros a unos 10 kilómetros de la localidad, que se encuentra en el cruce de una carretera que lleva al norte hasta el bastión rebelde de Bengasi, y otra carretera que va hacia el noreste a través del desierto hasta la localidad petrolera de Tobruk.
Respecto al futuvo del operativo aliado, el Secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates, ha asegurado que EE UU no tendrá un "papel preeminente" en la coalición internacional que mantendrá la zona de exclusión aérea. Los favoritos para tomar el relevo de Washington serían Reino Unido y Francia, o la OTAN. Esta última posibilidad solo tomaría cuerpo si lo aceptara la Liga Árabe, en principio reacia a actuar bajo mandato occidental.
Por lo pronto, los embajadores de la OTAN aprobaron la madrugada del domingo operaciones para apoyar desde el viernes al embargo de armas de la ONU a Libia. Pero ahí se planta la OTAN; como explicó un portavoz de la Alianza a las agencias de noticias, hará falta un debate más profundo para que la OTAN se involucre de otra forma en el conflicto.
Segundo día de bombardeos
Es el segundo día de la intervención internacional sobre Libia Según el vicealmirante William Gortney, la operación del primer día fue "muy efectiva" y ha disminuido "significativamente" la capacidad aérea y de los radares del régimen de Gadafi. Ayer por la tarde y la pasada madrugada los aliados comenzaron los ataques con bombardeos sobre objetivos militares en Bengasi y Trípoli, y esta mañana ya consideraban que se había conseguido establecer una zona de exclusión aérea sobre el país libio, además de detener la ofensiva de Muamar el Gadafi sobre Bengasi, el feudo rebelde. Así lo ha declarado el máximo responsable militar estadounidense, el almirante Mike Mullen, en una entrevista con el programa Meet the press de la cadena NBC . Los ataques aliados no han mermado el ánimo del líder libio, Muamar el Gadafi, que ha lanzado hoy un mensaje desafiante a las potencias implicadas en la operación el Amanecer de la Odisea. "No podréis derrotarnos", ha clamado en un mensaje emitido por radio a la nación, en el que ha dicho que el pueblo libio se levantará contra la "alianza de cruzados" -a la que tacha de terrorista- y terminará por vencer. El coronel ha anunciado que proporcionará armas a los libios para defender el país y que es "inevitable que los ataques occidentales sean derrotados".
Las fuerzas leales a Gadafi han ocupado, a primera hora de la tarde, el centro de Misrata, ciudad bajo el control de los rebeldes. Según ha contado a Al Yazira Abdelbasset Abou Merzouk, nombrado portavoz de los jóvenes de la revolución del 17 de febrero, las fuerzas gadafistas han estado lanzando obuses de gran calibre para cubrir la incursión de los blindados. Además, han destruido depósitos de carburante y una central eléctrica. La ciudad de Misrata es el escenario desde hace algunos días de intensos combates entre las tropas leales a Gadafi que pretenden ocuparla y los rebeldes que la controlan. De hecho, este enclave fue ayer uno de los objetivos de los ataques aéreos de las fuezas aliadas que han castigado las posiciones y los equipamientos militares de las fuerzas gadafistas.
Trípoli se despertó el domingo en calma, con poco movimiento en las calles pero con cierta sensación de normalidad. Los habitantes de la ciudad se aprestaban a leer los diarios para conocer el alcance de la operación emprendida ayer por una coalición internacional liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos para frenar los sangrientos ataques de Gadafi contra los rebeldes. Un testigo, Essam, ha asegurado que vive cerca del aeropuerto de la capital libia, cerca del cual hay un cuartel militar que ha sido objetivo de los bombardeos aliados. Los bombazos le han despertado y se ha acercado al lugar, de donde ha recogido a un niño herido y lo ha llevado al hospital Omar Asker. Fuentes médicas han ofrecido un balance de víctimas: 64 muertos y más de un centenar de heridos en Trípoli.
La tarde del sábado aviones franceses comenzaron la ofensiva en los alrededores de Bengasi, la segunda ciudad del país y capital de los rebeldes. El domingo por la mañana se conocieron los resultados: según Reuters, 14 muertos en la carretera que va de Bengasi a Ajdabiya; decenas de vehículos militares de las fuerzas de Gadafi, incluyendo blindados, calcinados y despedazados. Tras los bombardeos franceses, les tocó el turno a EE UU y Reino Unido. Desde aviones y barcos, lanzaron más de un centenar de proyectiles sobre objetivos en Trípoli. El ministerio de Defensa británico asegura que los ataques de sus aviones se han centrado en los sistemas antiaéreos alrededor de la capital. Testigos han asegurado que uno de los objetivos ha sido una pequeña base militar cerca del aeropuerto de Trípoli.
La Liga Árabe, en contra de los bombardeos
Según Mike Mullen, jefe de la Junta de Estado Mayor de EE UU, los bombardeos aliados del sábado consiguieron su objetivo: establecer una zona de exclusión aérea. Además, han detenido la ofensiva de Gadafi sobre Bengasi. Según Mullen, los ataques de ayer han "liquidado" las defensas aéreas libias y han alcanzado algunos aeródromos del país. Además, los aviones aliados ya patrullan el espacio aéreo sobre Bengasi. "Las operaciones de ayer fueron muy bien", ha dicho Mullen. "Gadafi no ha tenido aviones o helicópteros volando en el último par de días. Así que, efectivamente, la zona de exclusión aérea ha sido establecida". Mullen asegura no haber recibido datos sobre víctimas de los bombardeos aliados.
Sin embargo la intervención no ha sido bien recibida por toda la comunidad internacional. El secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, ha mostrado su rechazo a los ataques ya que, según ha explicado, la petición de la organización para la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia no comportaba una operación de bombardeo contra la población. "Lo que está pasando en Libia difiere de la imposición de una zona de exclusión aérea. Lo que queremos es proteger a los civiles, no bombardearlos", ha insistido en declaraciones a la agencia oficial egipcia, MENA. Musa ha añadido que tiene la intención de solicitar una reunión de emergencia de la Liga Arabe para discutir la evolución de los acontecimientos.
En el mismo sentido se ha mostrado el presidente uruguayo, José Mujica, que considera que los ataques son "lamentables" y que "todo eso dan ganas de llorar" porque "salvar vidas a bombazos es un contrasentido inexplicable", según ha comentado en el diario La República. El presidente paraguayo, Fernando Lugo, también ha condenado el uso de las armas por parte de la coalición internacional y ha cuestionado la resolución de la ONU que dio lugar al bombardeo de objetivos militares. "Ningún tipo de violencia es justificable. Lo hemos dicho siempre. Ningún tipo de violencia o muerte se debe cernir", ha zanjado. En la misma línea se ha expresado el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, que ha acusado a Occidente de utilizar la defensa del pueblo libio como una mera excusa para imponer una nueva forma de colonialismo moderno.
Ayer, tanto Rusia como China y Venezuela se posicionaron en contra de la intervención.
Larga guerra
En su último discurso Gadafi haasegurado que sus fuerzas vencerán. Ha dicho que está preparando a la población para una "larga guerra" parala que va a armar a todos los libios con la intención de que puedan defender al país. "No abandonaremos nuestra tierra, la liberaremos", ha dicho. La televisión pública ha emitido el discurso sin imágenes del dictador, con un fondo de una escultura que representa una mano aplastando un avión militar estadounidense. "No podréis derrotarnos. Esto es tierra libia. No podréis robarnos nuestra riqueza", ha asegurado Gadafi. "No hay justificción para ésto. Acabáis de demostrar al mundo que sois unos bárbaros".
Operación Amanecer de la Odisea'
Fue la aviación francesa la encargada de abrir ayer el fuego desde el aire en el área de Bengasi tras una cumbre internacional en París en la que se decidió aplicar la resolución de la ONU que autoriza el ataque tras concluir que Gadafi no había cumplido el alto el fuego que anunció el viernes. El siguiente paso lo dio EE UU -al mando de las operaciones militares internacionales- cuyos barcos de guerra y submarinos lanzaron 110 misiles de crucero contra los sistemas antimisiles libios y alcanzaron 20 objetivos. Mientras, Reino Unido anunciaba que su fuerza aérea había entrado en acción. El Gobierno británico espera que la Alianza Atlántica releve en los próximos días a EE UU del mando para aplicar la zona de exclusión aérea. "Espero que pasemos a una situación de comando y control de la OTAN, aunque no sea una misión de la OTAN", ha dicho el titular británico de Defensa, Liam Fox, en una entrevista a la BBC.
Sin embargo, los delegados de los Veintiocho no han llegado a un acuerdo "todavía" para intervenir en Libia, según han explicado fuentes aliadas, que han descartado que se decida esta noche sobre una intervención de la OTAN.
En respuesta a la ofensiva, al filo de la medianoche de ayer Gadafi lanzó un primer discurso de audio emitido por la televisión estatal libia en el que amenazó con atacar "objetivos civiles y militares" en el Mediterráneo y el Norte de África , área que declaró como zona de guerra. El militar llamó a todos los libios a armarse y luchar en una revolución contra lo que considera una "cruzada colonial injustificada". Tras el discurso, su Gobierno emitió un comunicado para pedir una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.