martes, 24 de mayo de 2011

Villarán pide se archive proyecto para convertir SJL en provincia


La alcaldesa de Lima, Susana Villarán, reiteró este martes sus objeciones al proyecto de ley que propone convertir al distrito de San Juan de Lurigancho en provincia especial, al señalar que esa categoría no es reconocida por la Constitución Política.

Villarán sentó esa posición en el curso de su presentación ante la Comisión de Constitución del Parlamento, en donde pidió que se archive la mencionada iniciativa legislativa.

Indicó que la Carta Magna vigente sólo reconoce como circunscripciones territoriales a las regiones, departamentos, provincias y distritos, no haciendo ninguna mención a la denominada “provincia especial”.

Dijo también que el proyecto de ley vulnera la autonomía que tiene la comuna capitalina; así como su competencia en los procedimientos establecidos por la Ley de Demarcación y Organización Territorial.

Ello en la medida- explicó- que es responsabilidad de la comuna limeña garantizar la unidad del área metropolitana, a través de la aprobación del Plan de Desarrollo Metropolitano, el Presupuesto Participativo, las normas sobre uso de suelo y la regulación del transporte público.

De igual manera, manifestó que debido a que el proyecto de ley excluye a San Juan de Lurigancho de la competencia de Lima Metropolitana, se afecta a toda la población de la mencionada jurisdicción.

Recordó que también es función de la municipalidad ejercer la rectoría sobre el conjunto de las competencias municipales y regionales que corresponden al área de Lima Metropolitana, las mismas que se verían afectadas con la aprobación de la iniciativa legislativa.

Por su parte el presidente de la Región Lima Provincias, Javier Alvarado, señaló que con el proyecto de ley que crea la provincia especial de San Juan de Lurigancho, se pretende cortar del ámbito de esa jurisdicción 59 kilómetros cuadrados, lo que incluye a un aproximado de 20,000 personas.

“Hasta hoy no hemos recibido ninguna respuesta, hay algunos vacíos al respecto”, agregó.
//Andina

Ramonet: "Los jóvenes muestran el límite de la democracia"



El movimiento de jóvenes del 15-M en España está trazando el mapa de las fronteras de la democracia. Sobre el tema habla Ignacio Ramonet, autor de, entre otros, “Un mundo sin rumbo” y de “La golosina de la comunicación”.

La plaza madrileña Puerta del Sol ha sido la más reciente escena de las manifestaciones que en 2011 han protagonizado masas de jóvenes decepcionadas ante sistemas que no cambian, democracias a la deriva, futuros sin promesas y falsas perspectivas.

“Es una buena noticia", explica el intelectual español Ignacio Ramonet*, "en el sentido que demuestra que las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la crisis social, expresa su descontento general hacia la situación que se vive en España, pero también hacia el tipo de solución que algunos gobiernos, en este caso el gobierno socialista español, le han dado a la crisis".


La del Sol es la última de las puertas que se abre y por la que asoma su cabeza una generación llena de hastío, varada en un desempleo galopante y asfixiada por la inercia en la que cayó su economía.

Aquella España eufórica que se hacía hace un año con la Copa del Mundo, es la misma que hoy sale a las calles para acampar en el corazón de Madrid, exigiendo a las autoridades "las garantías de una verdadera democracia", de una "democracia real", donde las juventudes puedan acariciar la idea de un futuro.

Está sucediendo lo mismo en Portugal, en Grecia y en Islandia. Y más allá de esta orilla, en un mundo árabe que se descobija de regímenes totalitaristas, donde la idea de un futuro distinto exigía el divorcio con el estancamiento represivo del presente y la larga sombra de su pasado.

En el caso del norte de África y el mundo árabe, el incierto signo del porvenir forzó a toda una nueva generación de jóvenes al rompimiento con esquemas trenzados en décadas de dominio vertical sobre la población; en el caso de Grecia, Portugal, Islandia y ahora España, la democracia occidental ha sufrido una de sus peores derrotas: el haber incumplido con la promesa de un devenir generacional.
Pablo Gámez habló sobre el tema con Ignacio Ramonet, director de la edición en castellano de Le Monde Diplomatique, comunicólogo y autor de numerosos libros y ensayos sobre la comunicación de masas y sus efectos:

Pablo Gámez: ¿Nos advierte el movimiento del 15 de mayo español que las masas de jóvenes están despertando en Europa?
Ignacio Ramonet: Es una buena noticia en el
sentido que demuestra que las sociedades europeas, y en particular su juventud tan castigada por la crisis social, expresa su descontento general hacia la situación que se vive en España, pero también hacia el tipo de solución que algunos gobiernos, en este caso el gobierno socialista español, le han dado a la crisis.
Se rechaza la adopción de medidas de austeridad extremadamente serias, de ajuste económico en una España donde el 40 por ciento de los jóvenes menores de treinta años se encuentra en paro. Curiosamente, esta juventud se expresa de una manera pacífica, no violenta, inspirándose de varios movimientos generales.

Por una parte, lo que ha ocurrido en Islandia es un vivo ejemplo de un movimiento en rechazo, insubordinado a las exigencias de los bancos británicos para que se devolviese el dinero prestado. Y es un ejemplo seguido por la juventud europea y española. Segundo: las insurrecciones en el mundo árabe, las cuales han adoptado como método pacífico, en particular Túnez y Egipto, el de reunirse en plazas y no desfilar en calles o avenidas, expresando toda una variedad de una serie de reivindicaciones, pero sin un programa preciso y sin que el movimiento sea liderado por un partido político o agrupación precisa. Tercero: la idea que el tipo de protesta vista en Grecia, Portugal o España, es un modelo diferente que se inscribe en la prolongación del gran movimiento altermundialista, el de los foros sociales, con elementos del mayo del 68 francés a través de la idea de exigir lo imposible, vivir una reclamación de tipo idealista en el absoluto.

PG: ¿Suficientes elementos para hablar de que podríamos estar ante el embrión de una revolución cultural encabezada por los jóvenes?
IR: Hay un sentimiento negativo en una gran parte de la juventud europea, muy precarizada por el paro y que está decepcionada con la idea que los diplomas universitarios no son la solución para encontrar una vía de estabilidad profesional en nuestras sociedades. Entonces la juventud se interroga sobre el funcionamiento de la democracia en nuestros países.
También existe el sentimiento que la democracia, aunque funcione, no permite la expresión de ese tipo de malestar. Lo que vemos es una búsqueda de otro tipo de expresión política, pero que no pasa forzosamente por las urnas, algo que nos plantea un problema serio de teoría política, fundamentalmente por la exigencia de una democracia real.

PG: Lo interesante es que los eslóganes que se leen vienen en mensaje de Twitter. Usted hablaba de que esta generación busca otro tipo de expresión política. ¿Es esto hoy puntual gracias a las nuevas redes sociales?
IR: Una de las lecciones que se han sacado de las insurrecciones árabes, es que existen hoy herramientas comunicacionales -Facebook, Twitter - que permiten la organización espontánea, rápida, de personas que no se conocen entre ellas, pero que tienen un sentimiento global semejante. Y esto, hoy día, permite que en una ciudad precisa se pueda convocar a decenas de miles de personas que se ignoran, pero que entran en contacto gracias a Twitter o por un llamado de Facebook. Por consiguiente, esto crea una capacidad de organización espontánea, contra la cual las autoridades no saben cómo reaccionar.
En las democracias, caso de España, lo que vimos es que las dejan hacer, tratándose de un movimiento no violento. Evidentemente, el concebir la represión sería impopular.
En los países dictatoriales como Túnez o Egipto, la represión aceleró la caída del sistema: se hacía visible el aspecto brutal de esos regímenes.

PG: Pero la inmediatez mediática parece haber sepultado la imagen de los jóvenes en Túnez y Egipto, sucediendo lo mismo en el norte de África. ¿Está La hipermediatización de estos fenómenos acabando con ellos mismos?
IR: Hay algo de eso después de la sorpresa. Cuando estalla mediáticamente la revuelta tunecina, la sorpresa es tan enorme que los medios se interesan por el fenómeno. Pero cinco meses después -que han tomado un cariz dramático, vea el caso de Siria, Yemen, Bahréin o la guerra en Libia- los medios de comunicación están saturados o hacen como si ya hubiesen abordado el tema de las insurrecciones árabes. Esa noticia ha dejado de ser "portada". En cambio, lo que empieza a llamarse la revolución española -es claro que está lejos de ser una verdadera revolución, en el sentido político de la palabra-, está suscitando un interés general en los medios, no solo en España o Europa, sino en el resto del mundo.

PG: ¿Percibe Vd. que habrá más Puertas del Sol en el resto de la Unión Europea?
IR: Depende del avance político que permita la Puerta del Sol. Si la manifestación no produce ningún tipo de efecto político -y podemos decir que no ha producido un efecto político notable en las elecciones que tuvieron lugar el domingo 22 de mayo-, los movimientos no tendrán repercusiones. Sería posible que se modifique, que adquieran un carácter diferente o se agoten. No me equivoco al decir que los jóvenes han mostrado su hastío ante la situación que viven, además de la desconfianza hacia un sistema que representa el único sistema aceptable, que es el democrático. Los jóvenes están mostrando los límites del sistema democrático, y obligando a teorizar sobre esta situación