miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Quizás un Oscar para Perú?


Esta semana cerrará con broche de oro para el mundo del cine con la entrega de los premios Oscar 2010, el domingo 7 de marzo en Los Angeles, que BBC Mundo cubrirá en vivo.


Para calentar motores, la BBC buscó a expertos para que nos digan por qué, en su opinión, cada una de las obras escogidas por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos en la categoría de Mejor Película Extranjera se merece el premio.
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El corresponsal de la BBC en Lima, Dan Collyns, encontró que aunque en Perú quieren que "La teta asustada" de Claudia Llosa se lleve el Oscar, muchos no están muy complacidos con la película.


En Perú se siente una de la expectativa emocionante en el aire en la víspera de la 82a entrega de los premios Oscar.

Quienes no habían escuchado hablar de los premios antes ahora están interesados, y los medios locales han puesto relojes digitales en cuenta regresiva en sus sitios de internet, contando días, horas, minutos, segundos que faltan para la ceremonia.

Y es que por primera vez, una película peruana ha sido nominada a un Oscar por Mejor Película Extranjera. "La teta asustada" (traducida como "The Milk of Sorrow") ha ganado ya unos doce premios internacionales, incluyendo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín el año pasado.
Pero la película en sí no puede estar más lejos del glamour de tal entrega. En casa, su tema central ha sido muy polémico, y ha dividido la opinión peruana.



Toca un nervio


La película cuenta la historia de una joven mujer, Fausta, quien hereda el trauma de su madre, quien cuando estaba embarazada fue violada por soldados durante el conflicto interno de Perú de finales de 1980 y principios de 1990, en el que murieron más de 69,000 personas.

Su título, "La teta asustada", se refiere al mito andino que dice que los traumas de la madre se le pasan a los hijos a través de su leche. El miedo de Fausta de ser abusada sexualmente, la lleva a ponerse una papa en su vagina como un tipo de escudo.


Este tipo de detalles ha provocado ataques en contra del filme por parte de quienes la acusan de retratar a Perú como un país atrasado o retrógrado atrapado en la superstición y la miseria.

El periodista Aldo Mariategui, del periódico Correo, encabezó algunos de los ataques más virulentos contra la película cuando se mostró el año pasado, diciendo que cualquier espectador europeo pensaría que Perú es un "país salvaje, casi africano, en donde la gente es tan ignorante que ellos piensan que las penas se trasmiten a través del pecho materno".


En un tono menos ofensivo, Rolando Arellano, un experto en marketing y columnista, reaccionó a la noticia de que la obra había sido nominada al Oscar diciendo que la película no mostraba la realidad de un país en crecimiento con un un fuerte potencial económico.

Arellano dijo que "revertía a la imagen estereotípada de una nación problemática con gente pobre y oprimida que vive bajo el fantasma del terrorismo oficial y no oficial".

Sin embargo, la mayoría de los comentaristas y bloggers alaban la película. Entre ellos el crítico y columnista Mirko Lauer.


"A mí me parece muy tonto. La idea de sobreproteger la imagen peruana hacia el exterior equivale a vivir una mentira en frente de los visitantes. Realmente no vale la pena el comentario", señaló.


"Yo incluso pienso que la película es muy discreta en ese sentido. Todo mundo coincide en eso: qué tan serio y qué tan cuidadosa es Claudia Llosa en su tratamiento de un país en dolor".


Para levantar la voz andina


Claudia Llosa, la directora del film, le dijo a la BBC que la inspiración para la película llegó con la tesis doctoral de Kimerly Theidon, una profesora de antropología de la Universidad de Harvard.
"Para mí fue chocante, porque hasta ese momento yo nunca había oído hablar de 'La teta asustada' y pensé que como imagen era muy ilustrativa e importante".


"De alguna manera muestra cómo si no sanamos correctamente las heridas de la guerra, se pasarán de generación, en generación en generación", dijo Llosa, cuya filmografía sólo incluye una película anterior.


Magaly Soler, la bella actriz que protagoniza el film, reconoce que la historia se acerca a su vida personal. Nacida en 1986, durante el momento culminante del conflicto en la región andina de Ayacucho, donde las peores matanzas y violencia sexual fueron infligidas en la población civil por la guerrilla comunista Sendero Luminoso y las fuerzas armadas de Perú.

"Perú sigue profundamente doliente, más que nada Ayacucho de donde soy yo", le dijo Soler, de 23 años, a la BBC.


"Yo hablo por esas mujeres que no pueden hablar por sí mismas, las mujeres que fueron víctimas de terrorismo, que perdieron sus hijos, sus animales, sus tierras. ¿Alguna vez alguien les ha pedido perdón? Ahora, a través de mí, tienen una voz", dijo la actriz, también música, y cuya lengua materna es el Quechua.


"Claudia (Llosa) contó esta historia porque necesitaba ser contada", añadió, refiriéndose a las miles de mujeres que fueron violadas durante el conflicto civil.


"Nuestros padres, uno puede llamar a quienes nos gobiernan nuestros padres, necesitan hacer frente a lo ocurrido. Ellos no se atreven a discutirlo pero nosotros, la gente, sí".


La Comisión de la verdad y Reconciliación de Perú encontró que las fuerzas de seguridad del Estado y otros agentes fueron responsables de 83% de las violaciones que ocurrieron entre 1980 y 2000.



Irreverente


Mientras "La teta asustada" trata con un tema solemne, también celebra la irreverente y animada cultura "chicha", así como la música de los asentamientos pobres que flanquean Lima por todos lados.


Es la cara escondida del Perú moderno. Una sociedad de posguerra con expansivas vecindades de tugurios hinchados con inmigrantes que huyeron de la violencia en los Andes y adoptaron ya la vida urbana de la ciudad capital.


Estos lugares, igual que la heroína de la película, están gradualmente dejando atrás sus penas y acogiendo una nueva vida, con esperanza para el futuro.


Claudia Llosa también tiene esperanzas de que la película, que costó US$800.000 producir, actúe como un detonador de talento peruano, femenino, detrás de la cámara:
"Los estándares han subido para las jóvenes cineastas peruanas para que crean en sí mismas, para que digan 'si ella puede, quizás yo también puedo'".



(Redacción BBC Mundo)

Socialdemocracia europea, fin de ciclo

Por: Ignacio Ramonet


Las ideas también mueren. El cementerio de los partidos políticos rebosa de tumbas en donde yacen los restos de organizaciones que otrora desataron pasiones, movieron a multitudes y hoy son pasto del olvido. ¿Quién se acuerda en Europa, por ejemplo, del Radicalismo? Una de las fuerzas políticas (de centro-izquierda) más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, que los vientos de la historia se llevaron... ¿Qué fue del Anarquismo? ¿O del Comunismo estaliniano? ¿Qué se hicieron aquellos formidables movimientos populares capaces de movilizar a millones de campesinos y obreros? ¿Qué fueron sino devaneos? (1)

Por sus propios abandonos, abjuraciones y renuncias, a la socialdemocracia europea le toca hoy verse arrastrada hacia el sepulcro... Su ciclo de vida parece acabarse. Y lo más incomprensible es que semejante perspectiva se produce en el momento en que el capitalismo ultraliberal atraviesa uno de sus peores momentos.

¿Por qué la socialdemocracia se muere, cuando el ultraliberalismo se halla en plena crisis? Sin duda porque, frente a tantas urgencias sociales, no ha sabido generar entusiasmo popular. Navega a tientas, sin brújula y sin teoría; da la impresión de estar averiada, con un aparato dirigente enclenque, sin organización ni ideario, sin doctrina ni orientación... Y sobre todo sin identidad: era una organización que debía hacer la revolución, y ha renegado de ese empeño; era un partido obrero, y hoy lo es de las clases medias urbanas acomodadas.



Las recientes elecciones han demostrado que la socialdemocracia europea ya no sabe dirigirse a los millones de electores víctimas de las brutalidades del mundo postindustrial engendrado por la globalización. Esas multitudes de obreros desechables, de neo-pobres de los suburbios, de mileuristas , de excluidos, de jubilados en plena edad activa, de jóvenes precarizados , de familias de clase media amenazadas por la miseria. Capas populares damnificadas por el shock neoliberal... Y para las cuales, la socialdemocracia no parece disponer de discurso ni de remedios.

Los resultados de las elecciones europeas de junio de 2009 demostraron su descalabro actual. La mayoría de los partidos de esa familia en el poder retrocedieron. Y los partidos en la oposición también recularon, particularmente en Francia y en Finlandia.

No supieron convencer de su capacidad para responder a los desafíos económicos y sociales planteados por el desastre del capitalismo financiero. Si faltaba un indicio para demostrar que los socialistas europeos son incapaces de proponer una política diferente de la que domina en el seno de la Unión Europea, esa prueba la dieron Gordon Brown y José Luis Rodríguez Zapatero cuando apoyaron la bochornosa elección a la Presidencia de la Comisión Europea del ultraliberal José Manuel Duraõ Barroso, el cuarto hombre de la Cumbre de las Azores...

En 2002, los socialdemócratas gobernaban en quince países de la Unión Europea. Hoy, a pesar de que la crisis financiera ha demostrado el impasse moral, social y ecológico del ultraliberalismo, ya sólo gobiernan en cinco Estados (España, Grecia, Hungría, Portugal y Reino Unido). No han sabido sacar provecho del descalabro neoliberal. Y los Gobiernos de tres de esos países -España, Grecia y Portugal, atacados por los mercados financieros y afectados por la "crisis de la deuda"- se hundirán en un descrédito e impopularidad aún mayores cuando empiecen a aplicar, con mano de hierro, los programas de austeridad y las políticas antipopulares exigidas por la lógica de la Unión Europea y sus principales cancerberos.

Repudiar sus propios fundamentos se ha vuelto habitual. Hace tiempo que la socialdemocracia europea decidió alentar las privatizaciones, estimular la reducción de los presupuestos del Estado a costa de los ciudadanos, tolerar las desigualdades, promover la prolongación de la edad de jubilación, practicar el desmantelamiento del sector público, a la vez que espoleaba las concentraciones y las fusiones de mega-empresas y que mimaba a los bancos. Lleva años aceptando, sin gran remordimiento, convertirse al social-liberalismo. Ha dejado de considerar como prioritarios algunos de los objetivos que formaban parte de su ADN ideológico. Por ejemplo: el pleno empleo, la defensa de las ventajas sociales adquiridas, el desarrollo de los servicios públicos o la erradicación de la miseria.

A finales del siglo XIX y hasta los años 1930, cada vez que el capitalismo dio un salto transformador, los socialdemócratas, casi siempre apoyados por las izquierdas y los sindicatos, aportaron respuestas originales y progresistas: sufragio universal, enseñanza gratuita para todos, derecho a un empleo, seguridad social, nacionalizaciones, Estado social, Estado de Bienestar... Esa imaginación política parece hoy agotada.

La socialdemocracia europea carece de nueva utopía social. En la mente de muchos de sus electores, hasta en los más modestos, el consumismo triunfa, así como el deseo de enriquecerse, de divertirse, de zambullirse en las abundancias, de ser feliz sin mala conciencia... Frente a ese hedonismo dominante, machacado en permanencia por la publicidad y los medios masivos de manipulación, los dirigentes socialdemócratas ya no se atreven a ir a contracorriente. Llegan incluso a convencerse de que no son los capitalistas los que se enriquecen con el esfuerzo de los proletarios, sino los pobres quienes se aprovechan de los impuestos pagados por los ricos... Piensan, como lo afirma el filósofo italiano Raffaele Simone, que "el socialismo sólo es posible cuando la desgracia sobrepasa en exceso a la dicha, cuando el sufrimiento rebasa con mucho el placer, y cuando el caos triunfa sobre las estructuras" (2).

Por eso quizá, y en contraste, está renaciendo hoy con tanta pujanza y tanta creatividad, un nuevo socialismo del siglo XXI en algunos países de América del Sur (Bolivia, Ecuador, Venezuela). Mientras en Europa, a la socialdemocracia le llega su fin de ciclo.




Notas:
(1) Jorge Manrique, "Coplas a la muerte de su padre" (1477).
(2) Raffaele Simone, "Les socialistes proposent toujours le sacrifice", en Philosophie Magazine , n° 36, febrero de 2010, París

El Huáscar aguantó las olas, como otrora soportó los cañonazos


Por: Aldo Mariátegui


-Qué pena que el buen Poseidón no se llevó consigo al "Huáscar" en este último tsunami. Como dudo mucho que Chile alguna vez tenga el gesto hidalgo de devolverlo o de hundirlo en Angamos con una fraternal ceremonia binacional de reconocimiento y como siempre incomoda verlo allí cautivo -aunque legítimamente por ser un trofeo de guerra- hubiera preferido que el océano se lo llevase a sus profundidades y que allí su noble esqueleto de metal se fundiese simbólicamente con las moléculas errantes de los huesos de los caídos en Angamos. Lamentablemente, el señero y otoñal barquito aguantó las olas, como otrora soportó los cañonazos.


NR: Coincido plenamente con Aldo, el Huáscar es un simbolo patrio, que encierra virtudes: la dignidad, la valentía, y la fortaleza de su capitán de mando Don Miguel Grau Seminario.