Por RFI
El único superviviente, Luis Freddy de nacionalidad ecuatoriana se hizo pasar por muerto tras ser tiroteado. A pesar de estar malherido consiguió escapar y alertar a un retén militar. Asegura que la intención de las víctimas era llegar a Estados Unidos pero muy cerca de la frontera, según explicó el gobierno, fueron víctimas de un grupo criminal que los llevó al rancho.
Las víctimas descubiertas en una hacienda de San José, en el estado fronterizo con Estados Unidos de Tamaulipas serían de nacionalidad brasileña, ecuatoriana, salvadoreña y hondureña. Todos ellos eran indocumentados y entraron en México por Chiapas. Hasta la zona se desplazan este jueves representantes de los cuatro países para confirmar la nacionalidad de las víctimas.
Según ha relatado Alejandro Poiré, recién nombrado portavoz del Gobierno en materia de Seguridad, la intención de las víctimas era llegar hasta Estados Unidos, pero cuando ya estaban a punto de alcanzar la frontera un grupo criminal los capturó, los llevó hasta el rancho de San José y allí les exigió dinero, según relató el único superviviente de esta matanza, la mayor de la criminalidad organizada en México.
Como no accedieron a la extorsión, comenzaron a disparar. Después de recibir varios balazos, el ecuatoriano Luis Freddy, se hizo el muerto, y así pudo escapar de la “narcofosa”. En la carretera consiguió alertar a unos militares de un control ordinario. Cuando llegaron a la hacienda descubrieron la escena dantesca: los cuerpos tiroteados de 58 hombres y 14 mujeres.
Los presuntos delincuentes que aún estaban en el rancho abrieron fuego contra el ejército matando a un militar. En el enfrentamiento murieron tres sicarios y uno, menor de edad, fue apresado.
Los cuerpos de las víctimas permanecerán en San José a donde se trasladará la refrigeración necesaria para poder practicar las autopsias y agilizar las investigaciones.
Informaciones extraoficiales apuntan al cártel de los Zetas como los autores del secuestro y de la matanza. Al menos, este grupo que se dedica al narcotráfico y al crimen, controla la ciudad de San Fernando donde es frecuente, según las personas que conocen el lugar, ver vehículos 4x4 con hombres armados a bordo controlando los movimientos de todo aquél que pasa. Desde el descubrimiento de la matanza, la calma que reina en la zona parece inquietante.
El cártel de los Zetas está dirigido por militares de élite que desertaron del ejército en los años 90 para integrar las filas del cártel del Golfo del que se acabaron separando para formar un grupo independiente. Ahora los dos grupos, antiguos aliados, son rivales y mantienen una lucha sangrienta por el control de las rutas de la droga.
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