Por Aurelio Pastor, congresista del Apra.
Continúan alineándose los "astros" del firmamento mediático empresarial en el Perú. Ayer apareció una nueva encuesta de Ipsos Apoyo con algunas características especiales que me gustaría mencionar para que cada uno forje su propio criterio.
Ipsos es una encuestadora internacional de origen francés que adquirió antiguas empresas del mismo rubro en más de 60 países. En el Perú se integró con "Apoyo". Pese a su "prestigio" mundial, sus resultados muestran frecuentes errores que generalmente son "camuflados" con interminables silencios. En Colombia, por ejemplo, durante el último proceso electoral anunció al cierre de la primera vuelta que existía un virtual empate entre el ganador Santos y su más cercano oponente Mockus. Finalmente, el primero se impuso por una diferencia de 25 puntos que hasta hoy nadie se atreve a explicar. A decir del analista colombiano Fernando Londoño, "... con las encuestas se buscaba perjudicar el triunfo de Santos y se logró impedirlo en primera vuelta, generando no sólo un enorme e innecesario gasto al país, sino obligándolo a participar de una segunda vuelta electoral, inútil, aburrida y peligrosa".
En el Perú no es necesario remontar mucho para recordar gruesos errores de la encuestadora. El 26 de setiembre anunció que Susana Villarán ganaba la elección municipal por 10 puntos y vean lo que pasó. Para la segunda vuelta regional, señaló que Nelson Chui obtendría su reelección en Lima Provincias por más de siete puntos de diferencia sobre Javier Alvarado, que finalmente fue el elegido.
La encuesta publicada ayer por su cliente exclusivo en materia electoral, El Comercio, es sesgada e interesada. En primer lugar, no se explica cómo siendo Ipsos una empresa solvente decide sacar una muestra mutilada. La toma "urbana" refleja el criterio de únicamente la mitad del país. Sobre la otra mitad no hay medición, pero sí una especulación insólita del director de la consultora a través de un comentario anexo que beneficia a un candidato. Pregunto: ¿por qué no realizan una encuesta urbana y rural que permita simultáneamente ampliar la muestra de Lima Metropolitana? ¿Acaso les faltan recursos a la consultora o a sus "clientes exclusivos"? Un sondeo sobre 500 muestras en Lima y sin encuestas rurales perjudica para saber el verdadero tamaño electoral de Castañeda, Aráoz, Fujimori y Humala.
Medir injustificadamente sólo una parte del país en donde Alejandro Toledo resulta mejor parado y evitar ampliar los lugares de fortaleza de sus rivales es, a mi juicio, una grosera manipulación.
Ipsos es una encuestadora internacional de origen francés que adquirió antiguas empresas del mismo rubro en más de 60 países. En el Perú se integró con "Apoyo". Pese a su "prestigio" mundial, sus resultados muestran frecuentes errores que generalmente son "camuflados" con interminables silencios. En Colombia, por ejemplo, durante el último proceso electoral anunció al cierre de la primera vuelta que existía un virtual empate entre el ganador Santos y su más cercano oponente Mockus. Finalmente, el primero se impuso por una diferencia de 25 puntos que hasta hoy nadie se atreve a explicar. A decir del analista colombiano Fernando Londoño, "... con las encuestas se buscaba perjudicar el triunfo de Santos y se logró impedirlo en primera vuelta, generando no sólo un enorme e innecesario gasto al país, sino obligándolo a participar de una segunda vuelta electoral, inútil, aburrida y peligrosa".
En el Perú no es necesario remontar mucho para recordar gruesos errores de la encuestadora. El 26 de setiembre anunció que Susana Villarán ganaba la elección municipal por 10 puntos y vean lo que pasó. Para la segunda vuelta regional, señaló que Nelson Chui obtendría su reelección en Lima Provincias por más de siete puntos de diferencia sobre Javier Alvarado, que finalmente fue el elegido.
La encuesta publicada ayer por su cliente exclusivo en materia electoral, El Comercio, es sesgada e interesada. En primer lugar, no se explica cómo siendo Ipsos una empresa solvente decide sacar una muestra mutilada. La toma "urbana" refleja el criterio de únicamente la mitad del país. Sobre la otra mitad no hay medición, pero sí una especulación insólita del director de la consultora a través de un comentario anexo que beneficia a un candidato. Pregunto: ¿por qué no realizan una encuesta urbana y rural que permita simultáneamente ampliar la muestra de Lima Metropolitana? ¿Acaso les faltan recursos a la consultora o a sus "clientes exclusivos"? Un sondeo sobre 500 muestras en Lima y sin encuestas rurales perjudica para saber el verdadero tamaño electoral de Castañeda, Aráoz, Fujimori y Humala.
Medir injustificadamente sólo una parte del país en donde Alejandro Toledo resulta mejor parado y evitar ampliar los lugares de fortaleza de sus rivales es, a mi juicio, una grosera manipulación.
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