martes, 30 de noviembre de 2010


El iris del presidente Lugo; la salud mental de Cristina de Kirchner; el bloqueo a las iniciativas de Hugo Chávez; la caída de Noriega en Panamá. La caja de pandora que Wikileaks destapa pone a la diplomacia norteamericana contra la pared. ¨Habrá un antes y un después de estas revelaciones¨, dice el experto José Antonio Sanahuja.

Las próximas semanas estarán marcadas por las revelaciones que Wikileaks haga sobre el modus operandi de la diplomacia norteamericana. La plataforma digital de información utilizó nuevamente la fórmula de facilitar su material a través de cinco periódicos de Europa y Estados Unidos, los cuales y siguiendo directrices editoriales propias, irán publicando el contenido y contexto de 250 mil mensajes dirigidos por distintas embajadas de Estados Unidos, en todo mundo, al Departamento de Estado.

The Guardian, Le Monde, Der Spiegel, The New York Times y El País son los escogidos por Wikileaks para dar a conocer la mayor filtración de información en la historia moderna. Se trata de información que toca a fondo la política norteamericana en el gran Oriente Medio, Asia, Europa y América Latina. Hay detalles espectaculares como los mensajes en torno a Panamá, días antes de la caída del general Manuel Antonio Noriega, o bien la visión del Departamento de Estado respecto de líderes como Angela Merkel, Nicolás Sarkozy, Silvio Berlusconi o Hugo Chávez.

Es más que un toque de guillotina para los intereses estratégicos de un Washington que se ve náufrago tras estas revelaciones, incómodas y polémicas; ¨al mismo tiempo es un momento de quiebre en la historia del periodismo moderno, al quedar en evidencia el poder de un concepto de acceso a la información como el propuesto por Wikileaks¨, asegura el experto en geopolítica y medios de comunicación, José Antonio Sanahuja.

Pregunta: En lo que respecta a América Latina, las revelaciones de Wikileaks son puntuales. ¿Se complicará la relación de Washington con países como Venezuela, Argentina o Paraguay?

Respuesta: Lo que Wikileaks ha revelado tiene importancia en sí misma. El modo de proceder que muestran los cables que se han dado a conocer es bien conocido. Las comunicaciones que se producen entre las embajadas, el Departamento de Estado y otros servicios de inteligencia de los Estados Unidos, suelen ser precisamente comunicaciones internas muy francas, y revelan mucho el proceder directo, en el mejor estilo de la real politic que suele tener la diplomacia tradicional. En ese sentido no deberían sorprender. Lo que sí ponen de manifiesto es saber en manos de quiénes estamos. Apreciaciones como las que se han hecho sobre el estado mental de la Presidenta Cristina de Fernández o sobre las políticas del presidente Hugo Chávez, desde luego no van a ayudar a las relaciones bilaterales de Estados Unidos con esos países. Pero son cables o mensajes que no se salen dentro de lo que cabría esperar.

P: ¿Hay un antes y un después de estas revelaciones en lo que respecta al funcionar de la diplomacia norteamericana a nivel mundial?.

R: Más allá de América Latina sí comparto esa apreciación. Permítame incluso una analogía: habría que retrotraerse a los años de 1917-1918. En ese momento, desde dos lugares muy distintos se cuestionó la práctica de la llamada diplomacia secreta, los acuerdos defensivos, las alianzas militares no públicas que habían empujado al mundo a la primera gran Guerra Mundial. Y este cuestionamiento lo hizo el gobierno soviético, una de cuyas primeras medidas fue sacar a la luz los tratados secretos que había firmado el régimen zarista; y por otra parte el Presidente Wilson, que desde la perspectiva del idealismo estadounidense, planteó a sus aliados durante las conversaciones de paz, en 1918, la necesidad de prohibir la diplomacia secreta por los efectos nefastos que había tenido. En general, la política internacional ganó en trasparencia y calidad gracias al abandono de esa práctica.

Yo sí creo que hay un antes y un después con las revelaciones de Wikileaks. Pone de manifiesto que la diplomacia tradicional no se había adaptado a la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación, a la mayor trasparencia que pueden aportar estas tecnologías, y por otra parte lo que estas tecnologías dan a la ciudadanía, que es una mayor capacidad de análisis, de crítica y una mayor capacidad para exigir a los responsables de la política internacional la necesarias trasparencia y rendición de cuentas.

En este sentido, las revelaciones de Wikileaks van a forzar a la diplomacia, todavía anclada en formas y métodos tradicionales, a ser más trasparente y asumir las mismas obligaciones de rendición de cuentas que deben de tener otras políticas públicas.

P: ¿Pero estas revelaciones van a conducir a una crisis internacional a nivel diplomático?

R: Habrá crisis en las relaciones bilaterales. Lo que estas revelaciones hagan es añadir aun más sal a las heridas de Estados Unidos, deslegitimar aun más lo que ha sido su política exterior en estos últimos años y contribuir al cuestionamiento de la política de Occidente, estadounidense, en un mundo que está haciéndose multipolar y que está haciendo post-occidental

P: ¿Hemos alcanzado un momento histórico en la historia del periodismo moderno a través de Wikileaks?

R: De la misma forma que Wikileaks pone de relieve las carencias de la diplomacia clásica, también revela en el ámbito del periodismo, particularmente la prensa escrita, se había olvidado la práctica del periodismo de investigación, o este no se había adaptado a las posibilidades que dan las nuevas tecnologías. Wikileaks lo que está haciendo, desde otros medios, retomar la práctica del periodismo de investigación, revelar fuentes que los medios de comunicación no estaban utilizando. En ese sentido, hay que saludarlo.

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