jueves, 14 de enero de 2010

Recuerdos e islas.

Caminando por las calles de Rosario de Asia, observo la llegada de una camioneta del año 62, con su parlante encima de la cabina y un gran toldo cubriendo la parte trasera de la camioneta donde se expenden verduras, frutas, carnes, etc. : todo UN MERCADO RODANTE; niños jugando en la calle enlodando sus pies descalzos; pescadores asianos sentados en las esquinas; me dirijo a La Capilla de Asia, busco una cabina telefónica y no lo encuentro por ningún lado. Caminando más allá, entro al Boulevard Asia y recuerdo el famoso "Decálodo de Eisha" (aquel en que se recomienda "entrar a Wong descalza, no pedir pollos Pardos Chicken porque eso es para el servicio, debes comprar en DeliFrance y no en los Tres Chanchitos, nunca “vayas “ a la playa porque a la playa “se baja”, no luzcas un paté de esos con alambrito de Wong, etc." Y finalizando decía “El último de mis consejos de hoy, divinas y soñadas, es que seas tú misma, no hay nada mejor que la sencillez para triunfar en la vida)que nos alcanzaron a la entrada de la PUCP, un día de verano del 2005; un lugar donde no necesitas ir, él viene hacia donde estas tú, la única condición: pertenecer a la "alta sociedad", un lugar donde ellos descansan y los asianos les atienden, (todo parecido con el esclavismo es pura coincidencia). Ese mundo, el de eisha, es el que pregona, difunde y defiende Aldo Mariátegui. Hoy toca un tema: tomar las riendas del pueblo asiano que aún no lo hacen, y esto es por una sencilla razón: la alta sociedad solo viene a descansar y nada más.


RECUERDOS E ISLAS, por Aldo Mariátegui
(...)

-Tomo una semana de vacaciones y escojo Punta Hermosa. Es agradable, cercana y no es exorbitante para alquilar como otros lugares (¡con lo que se paga por un mes en Asia mejor uno se iría a Punta del Este!).

Seguramente a consecuencia de alguna maldición caviar, me tocan días de cielo nublado. Para distraerme durante uno de ellos, me voy a caminar por "la isla", otrora una auténtica ínsula que el general velasquista Tantaleán volvió península en los 70 para que sea un fallido casino.

¡Qué desperdicio a mis ojos! Esta pequeña península -o isla o lo que sea- tiene una vista impresionante a ambos lados y cualquier alcalde con dos dedos de frente en otro país más imaginativo y emprendedor la hubiera concesionado junto a ProInversión para alguna gran obra inmobiliaria y así recibiría un canon para beneficiar a los pobladores. Es mucho más grande y con mejor panorama que la isla de Pucusana. ¡Qué isla San Lorenzo, si aquí nomás tienes esto tan cerca para desarrollar! De otro lado, lo que sí se percibe en el sur chico en general es bastante armonía entre los veraneantes y los locales (que andan angustiados por la falta de sol. Sin éste, no hay negocio en el verano). Incluso los alcaldes suelen ser elegidos entre los primeros. Es que no cometen el error antiguo de Ancón (me refiero a la época en que éste era un balneario y no una poblada parte de Lima como ahora), donde sólo al final los veraneantes se percataron de que tenían que asumir responsabilidades para que Ancón no se deteriore en manos inexpertas, lo que pasaba por procurar el bienestar de los locales. Por desunidos fracasaron y ya vemos la decadencia que eso atrajo. Advierto ese mismo error en Asia, donde los propietarios de las casas (Grupo APRILS) deberían registrarse para votar allí en las próximas elecciones municipales y elegir -pues harían la masa electoral mayoritaria- de alcalde a alguien preparado, lo que garantizaría un desarrollo coherente sin olvidar -como hasta ahora sucede- a los pobladores locales.

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