sábado, 27 de noviembre de 2010

Partidos Políticos S.A.


Por Enrique Castillo Paredes

Curiosa evolución la que han sufrido las negociaciones entre partidos políticos. Primero se pactaba a base de doctrinas y programas; luego en función de coyunturales estrategias políticas; ya casi en la actualidad, para que el adversario llegue al poder y así evitar que el enemigo triunfe; y finalmente, ahora se negocia para consolidar una marca, obtener la mayoría que permita el control y monopolizar la toma de decisiones.

Ya no hablamos de frentes, alianzas o de coaliciones, hablamos de sociedades donde el que pone el dinero o el capital político impone las condiciones, y si a los demás no les gusta, entonces que se vayan a tocar otras puertas. Los puntos de agenda ya no son tus propuestas o las mías, sino mi símbolo y no el tuyo. Esa es la novedad de esta campaña.

La eventual candidatura de PPK nos abre los ojos sobre esta nueva realidad. Todo era felicidad en la relación entre PPK, el Partido Humanista, Restauración Nacional, y, hasta donde se sabía, Alianza para el Progreso. Pero César Acuña, el "propietario" de esta última agrupación, llegó e impuso públicamente una serie de condiciones, "notificando" a los demás con que si no aceptaban él podía irse con Solidaridad Nacional. No había temas programáticos, ni políticos de por medio, la agenda era: símbolo y nombre, quedarse con el 50% de la lista, y, obviamente, derecho de veto. No era la primera vez que Acuña ponía estas condiciones, ya lo había hecho semanas atrás con Perú Posible, que no aceptó la "sociedad".

En otro caso similar, a pesar de que el PPC gritaba "a voz en cuello" sus deseos de renovar su alianza con Solidaridad Nacional, ofreciendo como "dote" los votos de Lourdes Flores en Lima, Luis Castañeda puso una serie de condiciones inaceptables para los pepecistas, las mismas que no estaban relacionadas con aspectos de Gobierno, sino con el uso de su símbolo, la cuota en la lista parlamentaria y un veto a la participación de connotados dirigentes del PPC. El desenlace es conocido, alas y buen viento para el PPC. Obviamente, el capital en este caso está detrás del ex alcalde y no del PPC que tras sus derrotas no tiene "sponsors".

A Álex Kouri le pasó lo mismo. Tuvo que enrolarse en Cambio Radical porque no pudo convencer a Felipe Castillo de usar otro símbolo. También se sabe que otros partidos están ofreciendo marca y control a cambio de fondos.

Las propuestas y ofertas no interesan, y quizás por eso a nadie se le ocurre nada interesante y novedoso, por lo que Alejandro Toledo se da el lujo de poner la agenda -con un "refrito" como el de los sueldos- en la que "entusiastamente" caen los demás. Las lealtades y coincidencias menos. Hasta la candidatura se puede negociar. Lo que interesa y es no negociable es la marca y el control.

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