Por Humberto Campodónico
El Fonavi ha vuelto a las primeras planas pues se acerca el referéndum, que se realizará junto con las elecciones municipales y regionales. El primer tema que debe quedar claro es que el reclamo de los fonavistas está amparado por una sentencia del Tribunal Constitucional y que este, además, se ha pronunciado a favor de la realización del referéndum.
Por lo tanto, lo que se debiera discutir es el monto, la forma y los plazos de pago a los fonavistas, en el caso que el referéndum tenga un resultado positivo para ellos. De otra forma, se estaría incumpliendo la ley.
Con respecto al monto a devolver, el cálculo bordea los S/. 20,000 millones, lo que incluye los intereses desde 1999 a la fecha. Dicho esto, algunos analistas afirman que debe descontarse el monto aportado por los empleadores y, también, las inversiones que sí se realizaron con el Fonavi. Eso disminuiría de forma sustancial la cantidad adeudada, lo que debe dilucidarse de manera transparente con la participación de los fonavistas.
Pero lo que no se debe hacer es lo que ha hecho el presidente García, anunciando que habría que subir el IGV de 19% a 21% o a 23%, por un plazo de cuatro años, para obtener los ingresos tributarios que permitan el pago de la deuda.
El cálculo de García es así: como el 19% del IGV recauda S/. 30,000 millones anuales, si se le sube a 21% se recaudarían S/. 3,000 millones anuales adicionales; la cifra sube a S/. 6,000 millones con el IGV en 23%. Por tanto, la recaudación adicional sería de 12,000 millones a 24,000 millones adicionales en cuatro años.
Es evidente que esta “propuesta” tremendista tiene como objetivo “meter miedo” a los electores para que no voten por el Sí, al mismo tiempo que se erige como defensor del equilibrio de la Caja Fiscal. Asimismo, esa propuesta propone el aumento de los impuestos indirectos, que son pagados por todos los peruanos.
Pero ¿por qué no recaudar una cantidad adicional de impuestos directos a las empresas mineras y petroleras que tienen ganancias extraordinarias debido a los excepcionales altos precios de estos recursos naturales, que son de la Nación? Del 2005 al I Semestre del 2010, por ejemplo, las utilidades netas de las cinco primeras empresas mineras alcanzan un total de US$ 21,591 millones. Una parte importante de esas utilidades debieron haber sido gravadas con un impuesto a las sobreganancias.
No solo eso. La congresista Gloria Ramos ha presentado al Congreso el Proyecto de Ley 4143 (1) que establece una fórmula para calcular el precio que indica una sobreganancia de todas las empresas mineras, a las cuales se les impondría un impuesto adicional del 50%. El resultado es que del 2005 al 2009 se hubieran podido recaudar US$ 5,825 millones, lo que equivale a S/. 16,000 millones. Solo en el 2009 ese impuesto hubiera recaudado US$ 1,164 millones (S/. 3,375 millones).
Si ese proyecto de ley se aprobara en el Congreso, fácilmente se podría pagar la deuda de los fonavistas con el impuesto a las sobreganancias, lo que el propio García prometió en la campaña presidencial del 2006. Lo que nos dice que para pagar el Fonavi lo que hace falta es voluntad política. Nada más, pero tampoco nada menos.
(1) Ver proyecto en www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2006.nsf
El Fonavi ha vuelto a las primeras planas pues se acerca el referéndum, que se realizará junto con las elecciones municipales y regionales. El primer tema que debe quedar claro es que el reclamo de los fonavistas está amparado por una sentencia del Tribunal Constitucional y que este, además, se ha pronunciado a favor de la realización del referéndum.
Por lo tanto, lo que se debiera discutir es el monto, la forma y los plazos de pago a los fonavistas, en el caso que el referéndum tenga un resultado positivo para ellos. De otra forma, se estaría incumpliendo la ley.
Con respecto al monto a devolver, el cálculo bordea los S/. 20,000 millones, lo que incluye los intereses desde 1999 a la fecha. Dicho esto, algunos analistas afirman que debe descontarse el monto aportado por los empleadores y, también, las inversiones que sí se realizaron con el Fonavi. Eso disminuiría de forma sustancial la cantidad adeudada, lo que debe dilucidarse de manera transparente con la participación de los fonavistas.
Pero lo que no se debe hacer es lo que ha hecho el presidente García, anunciando que habría que subir el IGV de 19% a 21% o a 23%, por un plazo de cuatro años, para obtener los ingresos tributarios que permitan el pago de la deuda.
El cálculo de García es así: como el 19% del IGV recauda S/. 30,000 millones anuales, si se le sube a 21% se recaudarían S/. 3,000 millones anuales adicionales; la cifra sube a S/. 6,000 millones con el IGV en 23%. Por tanto, la recaudación adicional sería de 12,000 millones a 24,000 millones adicionales en cuatro años.
Es evidente que esta “propuesta” tremendista tiene como objetivo “meter miedo” a los electores para que no voten por el Sí, al mismo tiempo que se erige como defensor del equilibrio de la Caja Fiscal. Asimismo, esa propuesta propone el aumento de los impuestos indirectos, que son pagados por todos los peruanos.
Pero ¿por qué no recaudar una cantidad adicional de impuestos directos a las empresas mineras y petroleras que tienen ganancias extraordinarias debido a los excepcionales altos precios de estos recursos naturales, que son de la Nación? Del 2005 al I Semestre del 2010, por ejemplo, las utilidades netas de las cinco primeras empresas mineras alcanzan un total de US$ 21,591 millones. Una parte importante de esas utilidades debieron haber sido gravadas con un impuesto a las sobreganancias.
No solo eso. La congresista Gloria Ramos ha presentado al Congreso el Proyecto de Ley 4143 (1) que establece una fórmula para calcular el precio que indica una sobreganancia de todas las empresas mineras, a las cuales se les impondría un impuesto adicional del 50%. El resultado es que del 2005 al 2009 se hubieran podido recaudar US$ 5,825 millones, lo que equivale a S/. 16,000 millones. Solo en el 2009 ese impuesto hubiera recaudado US$ 1,164 millones (S/. 3,375 millones).
Si ese proyecto de ley se aprobara en el Congreso, fácilmente se podría pagar la deuda de los fonavistas con el impuesto a las sobreganancias, lo que el propio García prometió en la campaña presidencial del 2006. Lo que nos dice que para pagar el Fonavi lo que hace falta es voluntad política. Nada más, pero tampoco nada menos.
(1) Ver proyecto en www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2006.nsf
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