¿Qué celebramos hoy?, ¿el Día de la Mujer o el Día de la Emancipación de la Mujer?, he podido escuchar diversas opiniones de políticos locales dando felicitaciones a las mujeres por su día, por ser madres, por ser abuelas, y que esta fecha es igual que el día de la madre; e incluso a otros decir que no se les debe tocar en este día ni con el pétalo de una rosa, que no se les debe poner adjetivos porque es una dama. Criterios que encierran una posición política reaccionaria de concebir a la mujer como un objeto que no se toca, concebirla como un ser dedicada exclusivamente a las labores del hogar y que está proscrita a la actuación política.
La mujer hoy, es más de la mitad de la población mundial que sostiene el cielo, y es en un proceso de dura lucha que está conquistando sus derechos; en una sociedad machista por excelencia hubo un periodo en que la mujer tuvo la dirección de la sociedad y eso fue en la comunidad primitiva cuando se dio el matriarcado, posteriormente y a raíz de la división del trabajo el hombre retomó la conducción de la sociedad y de la familia, como bien dice Engels en la página 66 del Origen de la Familia: “El hombre se apoderó también de la dirección de la casa; la mujer fue inferiorizada, dominada, pasó a ser la esclava de su placer en un simple instrumento de reproducción. Esta situación degradada de la mujer, tal como se manifestó sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los tempos clásicos, fue gradualmente retocada y disimulada, en ciertos lugares incluso fue revestida de formas más suaves; pero de ninguna forma fue suprimida”
En la época de los esclavistas las mujeres no eran consideradas seres humanos sino especie de humanos; en el feudalismo se daba “el derecho de pernada”(el señor feudal disponía de la mujer en cualquier momento e incluso antes de contraer matrimonio debía ser poseída por este) que era reflejo de la dominación de una clase privilegiada y de la baja consideración que se tenía de la mujer; en el capitalismo si bien se hablaba de la igualdad de la mujer con el hombre pero eso era retórico pues siguió la mujer sufriendo las tres opresiones: opresión del Estado, opresión del hombre y opresión de la religión, ya decía Federico Engels, en el siglo XIX, “«Parece que la emancipación de la mujer, su igualdad de condición con el hombre es, y continúa siendo imposible, mientras la mujer permanezca excluida del trabajo social productivo y debe limitarse al trabajo privado doméstico... La liberación de la mujer tiene como condición primera la incorporación de todo el sexo en la industria pública», es decir que una condición esencial para la igualdad de derechos de la mujer con el hombre es su participación en la lucha económica y esta le permitirá entrar en mejores condiciones a la lucha política.
En el mundo, la socialista Clara Zetkin fue la que propuso celebrar el día de la emancipación de la mujer en un contexto de lucha por mejora en los salarios de las obreras y mejora de las infames condiciones de trabajo y como represalia a esas banderas de lucha a los pocos días quemaron a 146 mujeres en la fábrica textil Cotton de Nueva York.
Fue la Unión Soviética el único Estado, hasta hoy, que reconoció oficialmente la igualdad de derechos de los hombres con las mujeres.
Y si bien es cierto que en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) las representantes de 189 gobiernos adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, encaminada a eliminar los obstáculos a la participación de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada, definiendo un conjunto de objetivos estratégicos y explicando las medidas que deben adoptar los países para eliminar los obstáculos que entorpecen el adelanto de la mujer, es poco lo que se ha hecho para lograr la real igualdad de derechos de hombres con mujeres.
En el Estado Peruano, se dan cuotas de participación en las elecciones pero siguen siendo inferiores a la de los hombres; en la cartera ministerial menos del 5% de ministros son mujeres (en el gobierno español de Zapatero, las ministras mujeres son el 50% desde el inicio de su mandato), en los sindicatos son los hombres quienes dirigen, pero vemos que cada vez se observan participación de mujeres en sindicatos “propios de hombres” como construcción civil, un ejemplo de esto se observó en la marcha por la Universidad Nacional de Cañete.
Podemos concluir diciendo que hoy celebramos el Día de la Emancipación de la Mujer, como día del reconocimiento de su lucha por la igualdad de derechos, y no podemos minimizar este día con posiciones reaccionarias de enquistar a la mujer un papel retrógada como el de ocuparse estrictamente de las ocupaciones del hogar y del cuidado de los hijos.
Reconocimiento a las mujeres que hoy siguen el ejemplo de Micaela Bastidas, de la pléyade de mujeres que buscan que el Perú sea una sociedad de real armonía y libertad, que bregan por la igualdad de derechos de hombres con mujeres.
La mujer hoy, es más de la mitad de la población mundial que sostiene el cielo, y es en un proceso de dura lucha que está conquistando sus derechos; en una sociedad machista por excelencia hubo un periodo en que la mujer tuvo la dirección de la sociedad y eso fue en la comunidad primitiva cuando se dio el matriarcado, posteriormente y a raíz de la división del trabajo el hombre retomó la conducción de la sociedad y de la familia, como bien dice Engels en la página 66 del Origen de la Familia: “El hombre se apoderó también de la dirección de la casa; la mujer fue inferiorizada, dominada, pasó a ser la esclava de su placer en un simple instrumento de reproducción. Esta situación degradada de la mujer, tal como se manifestó sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los tempos clásicos, fue gradualmente retocada y disimulada, en ciertos lugares incluso fue revestida de formas más suaves; pero de ninguna forma fue suprimida”
En la época de los esclavistas las mujeres no eran consideradas seres humanos sino especie de humanos; en el feudalismo se daba “el derecho de pernada”(el señor feudal disponía de la mujer en cualquier momento e incluso antes de contraer matrimonio debía ser poseída por este) que era reflejo de la dominación de una clase privilegiada y de la baja consideración que se tenía de la mujer; en el capitalismo si bien se hablaba de la igualdad de la mujer con el hombre pero eso era retórico pues siguió la mujer sufriendo las tres opresiones: opresión del Estado, opresión del hombre y opresión de la religión, ya decía Federico Engels, en el siglo XIX, “«Parece que la emancipación de la mujer, su igualdad de condición con el hombre es, y continúa siendo imposible, mientras la mujer permanezca excluida del trabajo social productivo y debe limitarse al trabajo privado doméstico... La liberación de la mujer tiene como condición primera la incorporación de todo el sexo en la industria pública», es decir que una condición esencial para la igualdad de derechos de la mujer con el hombre es su participación en la lucha económica y esta le permitirá entrar en mejores condiciones a la lucha política.
En el mundo, la socialista Clara Zetkin fue la que propuso celebrar el día de la emancipación de la mujer en un contexto de lucha por mejora en los salarios de las obreras y mejora de las infames condiciones de trabajo y como represalia a esas banderas de lucha a los pocos días quemaron a 146 mujeres en la fábrica textil Cotton de Nueva York.
Fue la Unión Soviética el único Estado, hasta hoy, que reconoció oficialmente la igualdad de derechos de los hombres con las mujeres.
Y si bien es cierto que en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) las representantes de 189 gobiernos adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, encaminada a eliminar los obstáculos a la participación de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada, definiendo un conjunto de objetivos estratégicos y explicando las medidas que deben adoptar los países para eliminar los obstáculos que entorpecen el adelanto de la mujer, es poco lo que se ha hecho para lograr la real igualdad de derechos de hombres con mujeres.
En el Estado Peruano, se dan cuotas de participación en las elecciones pero siguen siendo inferiores a la de los hombres; en la cartera ministerial menos del 5% de ministros son mujeres (en el gobierno español de Zapatero, las ministras mujeres son el 50% desde el inicio de su mandato), en los sindicatos son los hombres quienes dirigen, pero vemos que cada vez se observan participación de mujeres en sindicatos “propios de hombres” como construcción civil, un ejemplo de esto se observó en la marcha por la Universidad Nacional de Cañete.
Podemos concluir diciendo que hoy celebramos el Día de la Emancipación de la Mujer, como día del reconocimiento de su lucha por la igualdad de derechos, y no podemos minimizar este día con posiciones reaccionarias de enquistar a la mujer un papel retrógada como el de ocuparse estrictamente de las ocupaciones del hogar y del cuidado de los hijos.
Reconocimiento a las mujeres que hoy siguen el ejemplo de Micaela Bastidas, de la pléyade de mujeres que buscan que el Perú sea una sociedad de real armonía y libertad, que bregan por la igualdad de derechos de hombres con mujeres.
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