Por Paco Moreno.
En las próximas horas, el presidente del Tribunal Constitucional, Carlos Mesía, debe aclarar los fundamentos de la sentencia que rechazó un hábeas corpus presentado por la esposa de Alberto Químper que incluye un rollo considerativo de 20 páginas para decir que en los procesos de corrupción no debe usarse las “pruebas prohibidas”, que es, curiosamente, la base por la cual están presos los corruptos de la época del Fujimorismo y de los gobiernos posteriores.
Mesía además debe aclarar un párrafo importantísimo del fallo que pretende amordazar a la prensa pues indica que los medios están prohibidos de difundir evidencias que provenga de alguna acción ilegal (interferencia, robo, etc.), salvo que exista una imposible autorización de los implicados o un improbable mandato judicial.
Este fallo tiene dos claras intenciones. Uno: favorecer la causa de los procesados actuales y futuros, como Rómulo León, Alberto Químper y hasta el mismísimo Montesinos y los que pudieran llegar en este o el próximo gobierno; dos: acallar, amedrentar a los medios y los periodistas a fin de que no publiquen noticias como las que abrieron los casos “petroaudios”, “potoaudios” y otros.
Felizmente una gran reacción de repulsa contra la sentencia la ha puesto en trance de modificación parcial, lo cual es un avance, aunque La Victoria sería quitarle todos los fundamentos. Casi toda la prensa y todos los sectores democráticos y hasta los Fujimoristas, le dijeron no a la intención soterrada del tribunal que quiere ser el Congreso.
Incluso los magistrados del TC Ricardo Beaumont, Juan Vergara, Oscar Urviola y Fernando Calle dicen que imponer una censura a la prensa es inconstitucional. Sólo Carlos Mesía, Eto y Álvarez defienden el estropicio.
¿Quién es Carlos Mesía? Es el amiguísimo y ex asesor de Jorge del Castillo, el famoso Tío George del caso “petroaudios”, quien, curiosamente, dijo que todas las interceptaciones referidas a él pueden difundirse sin problemas. ¿Acaso está seguro que ya desaparecieron?
Mesía además debe aclarar un párrafo importantísimo del fallo que pretende amordazar a la prensa pues indica que los medios están prohibidos de difundir evidencias que provenga de alguna acción ilegal (interferencia, robo, etc.), salvo que exista una imposible autorización de los implicados o un improbable mandato judicial.
Este fallo tiene dos claras intenciones. Uno: favorecer la causa de los procesados actuales y futuros, como Rómulo León, Alberto Químper y hasta el mismísimo Montesinos y los que pudieran llegar en este o el próximo gobierno; dos: acallar, amedrentar a los medios y los periodistas a fin de que no publiquen noticias como las que abrieron los casos “petroaudios”, “potoaudios” y otros.
Felizmente una gran reacción de repulsa contra la sentencia la ha puesto en trance de modificación parcial, lo cual es un avance, aunque La Victoria sería quitarle todos los fundamentos. Casi toda la prensa y todos los sectores democráticos y hasta los Fujimoristas, le dijeron no a la intención soterrada del tribunal que quiere ser el Congreso.
Incluso los magistrados del TC Ricardo Beaumont, Juan Vergara, Oscar Urviola y Fernando Calle dicen que imponer una censura a la prensa es inconstitucional. Sólo Carlos Mesía, Eto y Álvarez defienden el estropicio.
¿Quién es Carlos Mesía? Es el amiguísimo y ex asesor de Jorge del Castillo, el famoso Tío George del caso “petroaudios”, quien, curiosamente, dijo que todas las interceptaciones referidas a él pueden difundirse sin problemas. ¿Acaso está seguro que ya desaparecieron?
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