sábado, 13 de febrero de 2010

El tránsfuga "de a pie"

Por: Carlos Meléndez


Ezequiel empezó joven en política. Al entrar a la universidad, la política entró en su vida. Por afinidades amicales participó de un grupo de izquierda. Su simpatía y su floro le hicieron escalar posiciones hasta ser elegido dirigente del tercio. Pero eran los años inútiles y la frágil economía de su familia provinciana lo alejó definitivamente de las aulas; pero no así de la política. En su barrio encontró una oportunidad de reengancharse. Buscó al comité de izquierda de su distrito, comenzó a participar de sus reuniones, y con más experiencia llegó a ser dirigente nuevamente. Su capacidad de convencimiento y su habilidad para conseguir favores políticos eran la evidencia que había nacido para esto. En las elecciones de 1989 fue candidato a regidor. Si las disputas internas de la izquierda no hubieran roto la unidad, hubiera salido elegido. Se quedó por 3 mil votos.

Luego, la izquierda desapareció. Ezequiel se quedó sin partido, sin referentes, pero también sin jefes. Otros dirigentes y gente a la que había ayudado como tramitador de títulos de propiedad le animaron a formar su propio movimiento. Así, para las elecciones municipales de 1995, formó "Independientes por San Juan" y postuló por primera vez a la alcaldía. Obtuvo el 5%. Aprendió que era mejor candidatear por una agrupación nacional. En el 2000 conoció a Fernando Olivera, quien le ofreció ser candidato al Congreso. Ezequiel fue el número 33 de la lista del FIM para Lima. Muy lejos del éxito, pero muy cerca de una figura nacional.

El fin llegó para el FIM, pero no para Ezequiel, quien decía con orgullo nunca haber sino fujimorista. Con esa carta de presentación llegó a Toledo, a quien conoció en una pollada que hizo la alianza FIM-PP en el Crillón. El "Cholo" lo jaló a sus filas, atraído por el "parecido" de sus biografías: orígenes ancashinos y populares de ex estudiantes de economía. Ezequiel fue candidato a la alcaldía en el 2002 por PP y se quedó, otra vez por poco.

La semana pasada Ezequiel hizo cola en el JNE para desafiliarse de Perú Posible y adherirse a la candidatura de un cura. La gente que pasa les grita "tránsfugas" a los que están en la fila. El no entiende. ¿Cómo pertenecer a un mismo partido toda la vida, si estos desaparecen en cada elección? ¿Cómo endosar cierta ideología política si las élites no la tienen y las organizaciones políticas son indistintas entre sí? ¿Cómo no tener incentivos para cambiarse de agrupación en cada elección si los electores cambian de preferencias cada cinco años? Ezequiel se pregunta por qué un país lo insulta cuando él es el reflejo de lo que somos: un país tránsfuga

No hay comentarios: